A pesar de esto, las pilas no reciben el manejo especial que amerita un residuo peligroso sino que van a parar a los tiraderos municipales, donde las carcazas sufren de corrosión debido a la acción climática y procesos de fermentación de la basura, con lo que sus compuestos tóxicos se escurren contaminando suelos y cuerpos de agua.
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Además, la mayor parte de las veces, las pilas y baterías terminan siendo quemadas en estos basureros, lo que aumenta la contaminación por la generación de sustancias muy peligrosas y cancerígenas, como son las dioxinas y los furanos.
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Se calcula que:
◦ Una pila de mercurio puede contaminar 600 mil litros de agua;
◦ Una alcalina, 167 mil litros de agua;
◦ Una de óxido de plata, 14 mil litros;
◦ Una de zinc-aire, 12 mil litros;
◦ Una de zinc-carbón, 3 mil litros.
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Queda claro entonces que las pilas no son inofensivas. Por lo tanto, lo mejor es saber distinguir entre los distintos tipos de pilas que hay en el mercado y cuales son sus "contraindicaciones".